Las características de los objetivos empresariales son:
Medibles. Deben de ser mensurables, cuantitativamente, en un límite de tiempo. La diferencia de un objetivo, aumentar las ventas, a un objetivo medible es, aumentar las ventas en un 20% en el próximo mes.
Claros, deben de tener una definición cristalina, entendible y precisa.
Alcanzables, deben de estar dentro de las posibilidades de la empresa, teniendo en cuenta su capacidad y recursos con los que cuenta.
Desafiantes, es decir, retadores. Deben ser algo que signifique un desafío o un reto. Y aquí aplicamos el término stretch level, para poderme estirar y alcanzar lo que queremos.
Realistas, o sea, razonables. Teniendo en cuenta las condiciones y circunstancias del entorno en donde se encuentra la empresa, así como su capacidad y sus recursos. A diferencia del objetivo, aumentar de diez a mil empleados en un mes, un objetivo realista podría ser, aumentar de diez a veinte empleados en un mes.
Por último, deben de ser Coherentes, esto es, alineados con la misión, visión y valores de la empresa.